Como hice con los puentes, empiezo exponiendo el problema y luego en sucesivos artículos intentamos darle una solución.
Miniatura ficticia de la imagen de Dion Casio |
Dion Casio fue un cronista romano de origen griego nacido en la actual Turquía alrededor del 150 DC. Trabajó en distintos puestos de responsabilidad en el estado romano y es conocido por hacer crónicas de su historia. De hecho es uno de los historiadores antiguos de los que nos ha llegado más contenido. Para lo que nos interesa en este artículo, hizo una crónica de las Guerras Cántabras como parte de sus libros LIII y LIV. Casio vivió 200 años después de los hechos, pero tuvo oportunidad de consultar textos de autores contemporáneos a los hechos que no nos han llegado a nosotros. Con que hubiera podido leer a Tito Livio que sí fue contemporáneo a las Guerras Cántabras, ya nos podemos conformar. Como todo autor, moderno o antiguo, nos cuenta una historia que ha pasado por su lente deformadora y por la de aquellos en los que se basó, pero es lo que tenemos y lo mejor que podemos usar.
Para ir al grano, me voy a saltar casi toda su obra, la mayor parte del libro LIII y hasta buena parte de lo que contó de las Guerras Cántabras para ir directamente a los hechos sobre los que quiero poner el foco. Nos cuenta Casio que durante la primera parte de las Guerras Cántabras fue Augusto el que dirigió las campañas militares, haciéndose protagonista de la pifia que ya he contado en este artículo. Mientras tanto, Agripa, el mejor militar de esa época y amigo personal de Augusto, se quedó en Roma haciendo mejoras a la ciudad. De hecho, el Panteón de Agripa, uno de los monumentos más visitados actualmente en Roma, lo mandó construir en esa época.
Sigue Dion contándonos que en el año 19AC los cántabros se vuelven a sublevar y Roma por fin envía Agripa a hacerse cargo de la situación. Sería la última vez (que sepamos) que los cántabros se sublevaran en serio contra Roma. Hubo algo en el año 16AC pero no está claro qué fue. En el año 19 es donde aparece nuestra legión perdida: la Legión Augusta. Voy a dejar que Dion Casio nos cuente lo que pasó y después lo analizamos:
Tras resolver aquellas cuestiones [Agripa] se dirigió a Hispania, pues los cántabros que, derrotados en la guerra, habían sido vendidos, mataron a sus respectivos dueños y, tras volver a sus casas, levantaron en pie de guerra a otros muchos. Con su ayuda capturaron algunas plazas y tras fortificarlas atacaron las guarniciones romanas. Cuando Agripa condujo una expedición contra estos sublevados, se encontró con ciertos problemas entre sus propios soldados. No pocos de ellos eran ya mayores y estaban cansados de aquella guerra interminable. Además, temían a los cántabros, a los que consideraban difíciles de derrotar. Y por todas esas razones se negaron a obedecerle. Pero él consiguió que le obedecieran inmediatamente, con amonestaciones y consejos, pero también dándoles esperanzas. En los enfrentamientos contra los cántabros sufrieron muchos reveses. Estos no sólo demostraban un mejor conocimiento de las tácticas romanas, puesto que ya habían estado sometidos a Roma, sino que también demostraban que no tenían esperanza alguna de seguir vivos si eran capturados. Pero al final, tras perder a muchos soldados y privar de sus derechos a otros muchos por haber sido derrotados -y así, por ejemplo, entre otras medidas, prohibió que toda aquella legión llamada Augusta siguiera usando aquel título-, consiguió aniquilar a casi todos los enemigos que estaban en edad de luchar. A los demás les arrebató las armas y los hizo bajar a los llanos desde sus posiciones fortificadas. No envió ningún informe al Senado sobre sus actuaciones ni tampoco aceptó el triunfo, a pesar de que se le había decretado por mandato de Augusto.
En otras palabras, los cántabros se sublevan y les capturan algunas plazas a los romanos. Una de esas plazas la conocemos. Es el alto de la muela de la Dulla en la merindad de Valdeporres:
Alto de la Muela |
El lugar está indicado en el mapa con la flecha roja. Las flechas azules indican los cursos de los ríos Engaña y Nela. La ventaja que tenemos con esta plaza es que se puede datar perfectamente en esa sublevación gracias a las monedas que se han encontrado allí. Todas de la época de Augusto pero todas anteriores a los sucesos del año 19. Así que no hay duda, ese puesto se enmarca dentro de lo que nos contaba Dion Casio. Además, la interpretación de los restos que se han encontrado allí ha sido que ese puesto fue tomado al asalto por los nativos o, al menos, los romanos salieron apresuradamente porque se dejaron cosas importantes que nunca se solían olvidar. Este artículo da más detalles. Es importante resaltar que es una posición muy pequeña donde cabe muy poca gente. Un mero puesto avanzado de observación. Dion Casio indica que fueron varias las posiciones romanas asaltadas por los cántabros, aunque solo conocemos esa.
Hay una legión que se comportó de forma especialmente indigna a los ojos de Agripa: la legión que denominan Augusta. Casio no nos da el número de la legión, pero la que llamaban Augusta era la I Legión. Para entender quiénes eran, esta legión la había reclutado Julio César para las campañas militares que luchaba contra los optimates en el 48AC. Teniendo en cuenta que el ciclo de servicio de los legionarios romanos era de 25 años, (si no se reenganchaban) quiere decir que los más veteranos, que Casio dice que fueron los cabecillas del motín, eran los mismos que iban a partir con Julio César a la guerra contra los partos la semana que le mataron.
En algunos sitios he leído que el enfado de Augusto y Agripa con esa legión se debe a que perdieron el águila, que era el símbolo sagrado de la legión. Por desgracia no he podido encontrar referencia en las fuentes antiguas de que esto fuera así. En cualquier caso, Agripa castigó a esa legión perdiendo el nombre de Augusta y quién sabe si diezmando a la legión, que era el castigo más severo que un comandante romano podía hacer contra sus unidades. Parece ser que luego los romanos recuperaron el águila.
Independientemente de que perdieran el águila o no podemos lanzar la hipótesis bastante probable de que la I Legión fuera la que operaba por la zona de las Merindades durante las Guerras Cántabras. Tendría por tanto sentido, si confirmamos esa hipótesis, que la unidad acantonada en el alto de Valdeporres perteneciera a esa legión y estuvieran utilizando esa posición adelantada para vigilar que los cántabros no bajaran del monte al valle. Tiene sentido también que Agripa se enfadara con ellos por haberse dejado derrotar tan fácilmente en ese alto y en otras posiciones que no conocemos.
Aquí viene nuestra pregunta:
Si eso era una posición adelantada de observación romana, ¿dónde estaba el resto de la legión?
Vamos a lanzar unas cuántas hipótesis antes de ponernos a buscar:
- La legión no podía estar a más de 10Km del puesto avanzado. De hecho ya me parecen muchos. Desde luego no estaba en Herrera de Pisuerga ni en Sasamón. No veo lógico que dejaran a aquellas pobres gentes vigilando el corredor del Nela y el Engaña sin posibilidad alguna de reaccionar en caso de que vieran a los cántabros iniciar un ataque.
- La legión estaba detrás del puesto adelantado. Cuando digo detrás me refiero a que no estaba ni en Vega de Pas, ni cerca de la Lunada, ni en el Portillo de la Sia. No. Ahí estaban los cántabros que se habían echado al monte y que eran vigilados por esa posición. La legión tenía que estar en un semicírculo de 180º hacia el sudeste con el centro en el alto de la muela:
Casi llegamos hasta Villarcayo.
- El campamento debería ser estable, es decir, no debería limitarse a tener construida empalizada y fosa, sino que debería tener también construcciones interiores que sustituyeran a las tiendas de campaña de los contubernios para un periodo más prologado uso.
En este artículo dejo planteado el misterio. En el siguiente explicaré qué es lo que estamos buscando, es decir, cuales eran las formas y los tamaños de los campamentos de montaña romanos en las guerras cántabras. También explicaré la metodología para poder encontrarlos que quiero usar.
Empiezo esta serie de artículos con mucha ilusión como hice con la serie de los puentes. Como en aquella, si me lanzo a escribir esto es porque creo que tengo "algo bueno". Pero como con el alto de Incinillas ya metí la pata en el pasado y hasta hice un artículo para contar mi propio fracaso, vamos a ir paso por paso para asegurar que lo que publico tiene de verdad sentido.
Vamos entonces al siguente artículo.
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